Fuente: Al Arabiya / Rebelión (Traducción para Rebelión de Loles Oliván)
El agua en la Franja de Gaza es tan salada que no es apta para el consumo humano, según ha declarado el sábado pasado un funcionario palestino a cargo de los suministros de agua en el interior del sitiado territorio costero.
"El agua ya no es apta para el consumo humano, según los análisis y estudios internacionales que muestran que sólo el 10% del agua en la Franja de Gaza es útil, lo que amenaza la vida de los palestinos", advirtió Munzir Shiblak.
En su declaración ha reclamado que "se adopten las medidas necesarias para acabar con el problema de la salinidad en el suministro de agua de Gaza, un problema que está empeorando". Shiblak calificó la situación del agua como "crítica". Afirmó que la cantidad tomada de los acuíferos subterráneos el año pasado para abastecer a 1,5 millones de personas con agua potable y para la agricultura fue de 160 millones de metros cúbicos pero que la reposición natural fue de 80-90 millones de metros cúbicos.
"El déficit de agua subterránea aumentó a más de 80 millones de metros cúbicos el año pasado; si esta situación continúa las reservas se podrían colapsar en los próximos años", dijo Shiblak.
Peligro de colapso En septiembre el Programa de NNUU para el Medioambiente (PNUMA) [1] afirmaba que los suministros de aguas subterráneas de Gaza estaban "en peligro de colapso" después de años de abuso y de la devastadora guerra que Israel llevó a cabo cuando acababa el año.
"A menos que la tendencia se invierta ya, se podrían necesitar años para recuperarse de los daños. Dado que el acuífero tiene continuidad con Israel y Egipto, la acción debe ser coordinada con estos países", declara el informe del PNUMA.
Israel y Egipto han bloqueado el empobrecido enclave a todos los productos básicos desde que el movimiento islamista Hamas tomase el control en junio de 2007, lo que afecta gravemente al mantenimiento de las infraestructuras básicas.
El sistema de alcantarillado se ha visto particularmente afectado ya que Israel no permite la importación de prácticamente ningún tipo de tuberías o cualquier otro tipo de equipamiento metálico por temer que pueda ser utilizado por los militantes palestinos para fabricar cohetes caseros.
El PNUMA estima que la restauración del acuífero que yace bajo Gaza podría requerir 1,5 mil millones dólares en 20 años incluyendo la construcción de plantas de desalinización para aliviar la presión sobre las fuentes subterráneas.
Fuente: Al Arabiya / Rebelión (Traducción para Rebelión de Loles Oliván)
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