La política de asentamientos de Israel suscita un rechazo internacional prácticamente unánime. Rechazo que es compartido por un sector de la población israelí cada vez mayor, deseoso de superar viejos escollos en lugar de construir nuevas barreras. Esa misma política ha sido la que ha interrumpido las negociaciones de paz entre Abbas y Netanyahu, y todo parece indicar que hasta que no se modifiquen el actual statu quo, nada se moverá. De ahí el toque de atención dado por la Liga Arabe, emplazando a Israel para que mueva ficha y posibilite la vuelta a la mesa negociadora.
No obstante, dicho toque de atención no va sólo dirigido a Tel Aviv, sino todos los palestinos en general. A nadie escapa que la causa palestina ha servido de excusa al mundo árabe para incomodar a Estados Unidos a través su principal aliado en Oriente Medio, Israel. También es verdad que gran parte del mundo árabe simpatiza enormemente con la causa palestina. Pero una gran parte de ese mundo árabe, aunque se niegue a reconocerlo ante Occidente, está un poco cansado de la actitud de los mandatarios palestinos, quienes parecen más interesados en mantener vivo un conflicto que les permita seguir viviendo de las subvenciones de medio mundo. No los palestinos de a pie, auténticas víctimas de la situación, sino las élites de Hamas y Al Fatah, habituadas desde hace ya mucho a la “sopa boba”. Unas élites que, dicho sea de paso, no han dudado en escuchar los cantos de sirena de Irán, cuyos postulados chiíes rechinan ostensiblemente con la mayoría suní. Hoy día, no está claro si muchos países árabes odian más a Israel que temen a Irán. Precisamente por eso urge una reconvención a los cuadros dirigentes palestinos para que se pongan de una vez por todas a remar en la buena dirección.
Digo..... y la plata que recibe Israel en indemnización????????????????????? se les olvidó
domingo, 10 de octubre de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario