¿Qué siente usted en su «moridero» de Gaza cuando ve a los jóvenes palestinos protestando en la ciudad de Jerusalén contra las restricciones de acceso a la mezquita de Al Aqsa, arriesgando sus vidas frente a los ataques de las tropas israelíes? (1)
Lo que está pasando en Jerusalén, las provocaciones de Israel y la judaización de la Tierra Santa, concierne a todos los palestinos. Es muy grave. Israel pretende empujar a los palestinos a un gran levantamiento para presentarlos después como una amenaza para su seguridad y aprovecharlo para intensificar la represión.
No creo que los palestinos estén dispuestos a correr el riesgo de entrar en esa pérfida estrategia, a prestarse a que los humillen y aplasten una vez más. ¿Sabe?, los palestinos todavía no han curado las heridas de la última Intifada (levantamiento que se reveló como una aniquilación). Tantos sacrificios aceptados para no conseguir nada. Como padre no estaré lo bastante loco como para dejar que mis hijos se enfrenten a los soldados que disparan sobre los adolescentes, muy frustrados, que responden a sus agresiones lanzando piedras.
Creo que en ese contexto incluso los adultos que deberían protestar por los peligros que penden sobre la mezquita de Al Aqsa y otros edificios religiosos islámicos dudan de ir a manifestar su cólera contra los soldados de la ocupación. Saben que es una situación explosiva; que se van a sacrificar para nada, que Israel incluso conseguirá una excusa para detenerlos, masacrarlos e intensificar las medidas represivas. Los palestinos piensan que todos los sacrificios que ya han hecho nunca han conseguido nada.
Desde el año 2000 la resistencia sólo les ha dado pérdidas y sufrimientos enormes. Sin contar con que, a cambio, todos sus sacrificios han sido muy mal remunerados por sus innobles políticos en Ramala. Les desespera oír a Abu Mazen, Fayyad, Erekat y otros hablando de un Estado palestino dentro de la línea de 1967 y no, como debería ser, de la línea de 1948. Los territorios del 67 sólo representan el 26% de la Palestina histórica. Y ese 26%, después del muro y las anexiones, se reduce a un 10 ó 15%. Lo que quiere decir, para los jóvenes palestinos encolerizados, que sus padres no consiguieron nada con la resistencia; que hicieron todos esos sacrificios para nada.
El Estado de Israel no podrá seguir siempre actuando fuera de la ley. Su imagen se degrada en Occidente, muchas personas que apoyaban a Israel no pueden mantener su apoyo como antes. Se ha vuelto difícil sostener lo insostenible sin comprometerse. Nuestras autoridades democráticas saben que algún día tendrán que responder por apoyar a un gobierno criminal. Y por haber elegido apoyar a una Autoridad Palestina repudiada por su pueblo. Si hay elecciones, ¿cree que el pueblo palestino votará a Salam Fayyad?
Fayyad no es popular. Es el hombre de Occidente; está muy alejado de nuestra realidad. Hizo carrera en las instituciones internacionales. Está acostumbrado al lujo y el prestigio que acompañan a ese tipo de puestos. Fayyad no es una elección de los palestinos; nos lo impuso Estados Unidos. Es un hombre corrupto que, con Abu Mazen (Mahmud Abbas), ha implementado una política represiva, financiada por Estados Unidos y Europa, dirigida a liquidar cualquier resistencia. Fayyad es un hombre muy comprometido con los objetivos del ocupante. Nunca será un resistente. Ya está del lado de los ocupantes.
Es el hombre de confianza de Europa; es el que recolecta el dinero que dona la Unión Europea a Ramala para pagar los sueldos de los aproximadamente 200.000 empleados de la administración. Y el dinero que se entrega a la Autoridad Palestina no es un gesto de generosidad, es una obligación; Europa tiene que pagar sus errores. Los palestinos consideramos que fue Europa la que permitió que los judíos vinieran a ocupar nuestras tierras y continúa apoyando su expansión. Por lo tanto es Europa quien tiene que pagar por nuestro inmenso sufrimiento.
¿Los activistas internacionales que vinieron a vivir a Gaza durante los crueles años en los que los abandonó la comunidad internacional tienen su reconocimiento?
Aquí en Gaza la gente está acostumbrada desde hace mucho tiempo a ver a los jóvenes activistas extranjeros que vienen, se van, algunos se quedan porque aquí encontraron una vida más apasionante que en su casa. La gente no les pide que vengan pero son bienvenidos; la hospitalidad forma parte de nuestra cultura. Los activistas pueden vivir en las casas de los habitantes y subsistir con muy poco dinero. También hay quienes se aprovechan de nuestra generosidad, que se portan mal y desprecian nuestras costumbres.
Actualmente hay algunos raros activistas del movimiento «Free Gaza», del «International Solidarity» y otros que ven lo que está pasando y pueden dar a conocer nuestra realidad fuera. El problema es que no hay acuerdo entre las diversas asociaciones que vienen. Eso no es bueno, porque aquí ya hay bastantes problemas.
¿Qué círculos frecuentan los activistas?
A menudo están rodeados de palestinos que saben sacar provecho y los separan del resto de la sociedad. Los activistas no saben, o no quieren saber, que las personas a las que frecuentan no son forzosamente representativas. Por eso la presencia de esos jóvenes que vienen a veces puede dar más lugar a resentimiento que a apaciguamiento en el corazón de muchas personas. Con frecuencia se mueven en el círculo, sobre todo, del FPLP (una facción laica minoritaria) cuyos líderes aquí están mal vistos porque no trabajan por el interés de la población; lo que recolectan del exterior en concepto de donaciones lo desvían a proyectos que les proporcionan más beneficios. Hay que decir a la gente que recolecta dinero en nombre de los palestinos que no les den ni un solo shekel, porque actuar de esa forma no es ayudarnos; incluso es otra forma de violar los derechos de los palestinos y de envenenar la situación.
El hecho de dar dinero sin saber adónde va empuja a la gente a la corrupción. Las personas que viven en mi barrio nunca han visto nada de esas recaudaciones de las que nos hablan. Viven peor que los perros. Aplastados por la pobreza. Las ONG van y vienen pero a nosotros no nos afecta en nada.
¿Los últimos convoyes que llegaron en enero –después de salvar grandes obstáculos- tampoco les han dado satisfacción?
«Viva Palestina» (2) de Galloway y «The European Campaing to End the Siege on Gaza» (ECESG) (3) sí se han apreciado. Sus aportaciones se enviaron al ministerio de Sanidad, el único organismo capaz de cubrir toda la Franja de Gaza y de distribuir lo que recibe por todos los centros de salud. Lo que aportan es visible, sirve a toda la población.
Cuando se habla de toneladas de medicamentos entregados al ministerio de Sanidad por diversos donantes hay que darse cuenta de que no es suficiente para cubrir las necesidades. En pocas horas las donaciones distribuidas en los hospitales y las farmacias se agotan. Aquí no se encuentra nada, ni siquiera paracetamol; las cantidades que envían o traen los donantes son irrisorias en comparación con las inmensas necesidades.
Sin embargo se criticó a Georges Galloway por entregar las ambulancias a las autoridades de Hamás. ¿Qué opina usted?
Si usted entrega los medicamentos al ministerio de Sanidad (bajo la autoridad de Hamás desde 2006), se distribuyen en los hospitales y centros públicos y después nosotros podemos comprarlos por un shekel, incluso si cuestan treinta shekels. Por el contrario, si usted dona esos medicamentos a los responsables del FPLP, éstos los distribuyen a sus clínicas privadas, las cuales los venden a su precio. Eso enriquece a sus clínicas, a sus bolsillos. Y no disminuyen el sufrimiento de la población a la que ya le cuesta mucho pagar un shekel. Cuando las asociaciones donan miles de dólares al FPLP la gente de aquí no ve adónde van realmente. No tienen ni idea de la forma en que se utiliza ese dinero. Ésa es la diferencia entre lo que se dona a Hamás y lo que se dona al FPLP o a Fatah.
En lo que respecta a las necesidades básicas, como el agua potable y los alimentos, ¿cómo está la situación?
Nosotros compramos, endeudándonos, galones de agua filtrada a una estación privada que se está enriqueciendo a nuestra costa. Pero no nos queda más remedio. El agua está contaminada (4), y con los cortes de electricidad a menudo nos dejan sin agua y sin luz.
Aquí la gente tiene que apañárselas. Sobre todo gracias a los empleados que reciben un sueldo de Ramala o de la UNRWA, porque un empleado ayuda a muchas familias con su salario. Si aquí no existiera esa solidaridad, en pocos meses Gaza se convertiría en un inmenso cementerio (5).
Afortunadamente todavía no han cerrado los túneles. El muro no está terminado.
¿No cree que Obama acabará obligando a Israel a abrir las puertas de este infierno?
Nunca he creído que un presidente de Estados Unidos vaya a apoyarnos contra Israel. Eso no ocurrirá nunca. Si Obama nos apoya, aunque sólo sea con una simple palabra, tendrá que pagar muy caro ese apoyo.
Entonces, ¿qué puede salvarles de esta situación?
Sólo Dios. Los Estados árabes nos han abandonado. Hemos perdido la credibilidad y el honor debido a nuestras divisiones. Espero que nuestros líderes lleguen a unirse algún día; sin la unión nunca conseguiremos el respeto de las demás naciones. Hemos perdido el respeto.
Su pueblo ha ganado la admiración y el respeto de todo el mundo por su resistencia. Pero si tuviera que hacer la lista de los líderes palestinos que les han perjudicado, ¿qué nombres daría?
Mazen (Mahmud Abbas en Ramala) al frente de Fatah. Y Meshaal (6). Considero que ambos nos han traicionado. Si supieran cómo es nuestro sufrimiento ya se habrían unido. Sus divisiones nos han convertido en un pueblo de mendigos. Pero nosotros, los palestinos, nunca fuimos mendigos.
¡Usted compara a Kahled Meshaal con Mahmud Abbas! Pero Meshaal, él al menos, nunca se ha puesto en manos del ocupante y sus cínicos aliados
Abu Mazen nos ha traicionado desde siempre. Es un hombre impuesto por Estados Unidos e Israel. De Mazen ya se sabía quién era de antemano y que en su posición nos iba a llevar al desastre. Sabemos que Meshaal es honrado. Pero el hecho es que no nos ha conseguido nada.
Israel ataca la mezquita, a nuestro patrimonio religioso. ¿Qué ha hecho Hamás contra los ataques dirigidos a la mezquita de Al Aqsa? Para nosotros, los palestinos, es muy doloroso ver que Israel usurpa los lugares sagrados. Eso nos toca el corazón. Despreciamos a Abu Mazen, sabemos que él y su banda son unos vendidos. Pero me he quedado atónito al oír hoy a Mahmud Zahar (alto dirigente de Hamás) decir que quienes lanzan los cohetes contra Israel ayudan a los provocadores. Anteriormente Yasser Arafat y Abu Mazen dijeron lo mismo.
¿Meshaal no ha condenado recientemente a Israel?
Lo que dijo en su discurso es para la fachada; pero sobre en terreno salvo una manifestación popular en Gaza no ha pasado nada. No hay esperanza.
A pesar de su represión brutal Israel no ha conseguido someterlos. Ni el asedio que perdura desde hace cinco años ni las innumerables masacres han conseguido los objetivos que pretendía Israel: ponerlos de rodillas y volverlos contra Hamás.
Sí, eso es verdad.
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