George Galloway, diputado británico de la Cámara de los Comunes (*), es un hombre tranquilo, vivo, cálido. Su mirada azul es atenta y amistosa. No tiene tiempo que perder. Está preocupado por la gravedad de la situación en Gaza. Tiene mil cosas entre manos, pero, sin embargo, aceptó ir a dar una conferencia a Lyon el 26 de enero (**). En ese marco fue donde lo conocimos.
Transmite su mensaje con una voz fuerte, clara y límpida: frente a la guerra que lleva a cabo Occidente contra el mundo musulmán, no unirse con los musulmanes es de una debilidad mortal de la izquierda [1]. Es imperativo que todas las fuerzas progresistas y contrarias a la guerra se unan con ellos, porque las posturas de los musulmanes hoy son objetivamente las mismas que las de todos los progresistas del mundo: acabar con las guerras y con las injusticias.
Silvia Cattori: ¿Qué piensa usted hacer después del último convoy de «Viva Palestina» a Gaza [2]?
George Galloway: Creo que el momento de las discusiones ha pasado. Las acciones hablan más fuerte que las palabras. Debemos romper el asedio a Gaza por todos los medios. Durante los últimos once meses lo hemos roto tres veces; debemos seguir rompiéndolo cada vez más para lograr acabar definitivamente con el asedio.
No vamos a dejar sola a la población de Gaza. El próximo convoy se hará por mar. No tenemos otra opción. Saldremos a la mar en mayo de 2010. Habrá barcos de Sudáfrica, de Venezuela, de Malasia, de Turquía, etc. Necesitamos tantos barcos como sea posible, el apoyo de la mayor cantidad de gobiernos posible, la protección de tantas banderas como sea posible para llevar a Gaza toda la ayuda que sea posible: cemento, madera, clavos para reconstruir Gaza.
Es cierto que es mucho más difícil ahora que Egipto ha prohibido a los convoyes la entrada a su territorio. Hubiera preferido ir por tierra antes que por mar, no soy marino, pero es la única vía para ir a Gaza. Queremos que este convoy internacional pueda navegar bajo pabellón turco, que haya a bordo personalidades eminentes y que pueda transportar gran cantidad de material. Tenemos muchas posibilidades de llegar a buen puerto. Si lo logramos, podremos volver con nuestros barcos llenos de productos de Gaza e iniciar así una línea comercial marítima entre Gaza y el mundo.
Estamos construyendo una coalición internacional; el movimiento «Viva Palestina» ahora existe en muchos países: Sudáfrica, Australia, Estados Unidos, Malasia, Gran Bretaña, Irlanda; me gustaría que el movimiento de solidaridad en Francia se uniera a nosotros.
Silvia Cattori: Si lo entiendo bien, ¿piensan reunir y unificar internacionalmente a los grupos y a las personas actualmente dispersas y debilitadas para lograr la mayor eficacia posible y convertirse eventualmente en el líder de este movimiento?
George Galloway: No, yo no pienso en ser el líder. Creo que Turquía es el líder. El primer ministro Erdogan debería ser nuestro líder. Creo que él es el único hombre de Estado que puede realmente tener un amplio eco, en particular en el mundo musulmán, en el mundo árabe, y que puede despertar al gigante dormido de la opinión pública árabe.
Turquía ha sido un elemento muy importante en nuestro éxito. Es un factor nuevo en esta ecuación palestina. Después de décadas de alianza estratégica con Israel, Turquía hoy la dirige un gobierno al que los ciudadanos del mundo no pueden sino admirar. La ONG humanitaria "Turkish Relief Foundation" (IHH) ha sido decisiva en el éxito de nuestro último convoy. Nos aportó vehículos y más del 40% de las personas que participaron en el convoy. Erdogan intervino personalmente para lograr que Mubarak nos dejara pasar. Nos dio todo el apoyo politico y diplomático que necesitábamos para que pudiéramos lograr nuestro objetivo de entrar en Gaza para ofrecer a la población nuestro material y nuestro apoyo.
Silvia Cattori: Comprendo que tenga prisa por volver a partir y lanzarse a un nuevo reto para atraer la atención del mundo sobre Gaza y su población a la que deliberadamente se hace pasar hambre, y que sigue atrapada en un encierro más cruel y peligroso que nunca, pero, ¿no es un sueño irrealizable? ¿No teme usted que al navegar bajo pabellón turco se le acuse de querer levantara un Estado contra otro Estado? ¿No lo considerará Israel un acto de guerra?
George Galloway: No, no será un acto de guerra porque las aguas internacionales son las aguas internacionales y luego está el mar de Gaza. Sólo hace falta tener el valor de pasar de las aguas internacionales a las aguas de Gaza. No hay ninguna amenaza contra Israel. El convoy puede ser inspeccionado por funcionarios de Naciones Unidas para verificar que no hay armas. Ya han pasado varios barcos.
Silvia Cattori: Los dos últimos intentos de llegar a Gaza por mar en 2008 fracasaron. Y si los tres primeros intentos lo lograron, ¿no fue porque quizá Israel tenía en ese momento interés en dejarlos pasar?
George Galloway: Se trataba de uno o dos barcos, y no tenían la protección de Estados importantes. Hay que garantizar la protección de Estados que tengan un cierto peso. Es en lo que estamos trabajando ahora.
Creo que somos capaces de crear las condiciones que nos permitirán llegar a buen puerto. Tenemos que intentarlo cueste lo que cueste; en este contexto de bloqueo, no hay otra vía para llegar a Gaza que ir por mar. Al principio de la década de 1960, cuando Berlín occidental estaba aislado, todos los países europeos organizaron un puente aéreo para llevarle ayuda. Lo que necesitamos es un puente así. No podemos hacerlo por aire, pero podemos hacerlo por mar. Cuanto más importante sea mejor. Tenemos que ir muchos, tenemos que tener a bordo personalidades destacadas y el apoyo de Estados importantes o, al menos, de un Estado importante, y creo que Turquía será la clave.
Silvia Cattori: ¿No había anunciado el grupo «Free Gaza» sun intención de ir a Gaza en la misma época? ¿No trabajan ustedes juntos?
George Galloway: No sé qué va a hacer «Free Gaza»; respetamos lo que hacen. Sabemos que ya han aplazado tres veces el viaje; deseo que se unan a nuestro convoy, pero si deciden ir solos, tienen todo mi apoyo.
Silvia Cattori: ¿Cómo están las personas que confiaron en usted, que le acompañaron en los tres convoyes, sobre todo durante el último? Ha debido de ser una experiencia fascinante y sin duda enriquecedora, pero también muy traumatizante. ¿Cómo volvieron del tercer y último convoy de diciembre-enero, y cómo volvió usted mismo? ¿Destrozados o más fuertes?
George Galloway: Más fuertes. Pero el próximo convoy por mar no necesitará la presencia de tantas personas. En este caso las únicas personas que pueden ser un apoyo, que pueden ser verdaderamente eficaces, son personalidades conocidas, grandes donantes y personas con experiencia como marinos. No necesitamos muchos pasajeros en estos barcos, se trata de una táctica diferente. En un convoy por tierra todo el mundo era bienvenido. En el último teníamos con nosotros 520 personas de 17 países. Aquí sólo necesitaremos de 15 a 20 personas por barco.
Silvia Cattori: Las personas que siguieron vuestra larga y penosa odisea estaban impresionadas. A usted le debe de agradar saber que se oye decir: «Si ves a alguien del temple de Galloway, síguele». Pero, ¿no le pesan mucho sobre la espalda sus éxitos? ¡Es una gran responsabilidad!
George Galloway: Sí, pero llevo 35 años en este combate. Empecé con 21 años. No voy a abandonarlo. No vamos a dejar sola a la población de Gaza.
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