sábado, 6 de marzo de 2010

Fuerte represión israelí a una protesta palestina


La policía israelí reprimió ayer con dureza a manifestantes palestinos que, por primera vez en años, desde las inmediaciones de la Mezquita de Al Aksa, arrojaron piedras contra feligreses judíos que oraban frente al Muro de los Lamentos.

En los violentos enfrentamientos que se produjeron al término de la oración del mediodía en la Explanada de las Mezquitas, y en la que habrían participado miles de musulmanes, resultaron lesionados 18 policías israelíes y 30 manifestantes palestinos, heridos de balas de goma. Otras 60 personas debieron ser tratados por efectos del gases lacrimógenos.

Por segunda vez en una semana, las fuerzas israelíes ingresaron en la Explanada donde se encuentra la mezquita de Al Aqsa, el tercer sitio más sagrado del Islam. En horas de la tarde, la zona de los Santos Lugares para judíos, cristianos y musulmanes en Jerusalén se envolvía en una tensa calma, tras haberse sosegado los enfrentamientos que se extendieron a barrios árabes en la zona oriental de la ciudad.

El actual estallido de violencia entre israelíes y palestinos se produjo a partir de la proclama de una serie de sitios en ciudades palestinas en Cisjordania como "Patrimonio Nacional judeo-israelí", una iniciativa que festivamente anunciara el jefe de gobierno Benjamin Netanyahu.

El mandatario israelí -que desde analistas políticos hasta caricaturistas definieron como "pirómano" en las dos últimas semanas- intentó con su anuncio recuperar algo de la simpatía de los colonos y los partidos de la derecha israelí. Pero el precio de dicho "logro" fueron las críticas que se extendieron desde Ramallah, la capital palestina, pasando por la Unión Europea y hasta la cancillería norteamericana.

Los intentos posteriores de Netanyahu de reducir a una decisión técnica la proclama de sitios en territorios palestinos como "Patrimonio nacional judío" no lograron aplacar las críticas del exterior; tampoco, de la oposición israelí.

El presidente de la Administración Palestina (AP), Mahmud Abbas, acusó a Netanyahu de alimentar deliberadamente el clima de tensión con su decisión sobre "protección del patrimonio judío", saboteando los esfuerzos estadounidenses para el esperado relanzamiento de diálogos de paz que debían comenzar la semana entrante, con la presencia del senador George Mitchel y del vicepresidente norteamericano, Joe Biden. Esas "conversaciones de acercamiento", tras un año de interrupción, se posibilitaron tras haber recibido Abbas esta semana el visto bueno de la Liga Arabe para las tratativas indirectas, a través de los EE.UU. como mediador.

Pese al apoyo de la Liga, en la AP y en Al Fatah (el partido de Abbas) hay voces opositoras, que creen que Netanyahu busca ganar tiempo y no llegar a un acuerdo de paz. Una es la de Mohamed Dahlan, del Comité Central de Fatah. Según fuentes bien informadas, la disposición de la AP a retornar a tratativas con Israel está acompañada por acuerdos con EE.UU., que garantizaron presión sobre Israel para llegar a un pacto en el término de 20 meses.

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