A LOS SECUESTRADORES DE FIDEL ZAVALA

Tengo esperanza de que puedan leer esto.
Si son un movimiento guerrillero de izquierda que quiere lograr un cambio social, como han habido tantos en latinoamérica, y han decidido que la guerra de guerrillas es una estrategia válida, correcto, pero su misión es también conquistar a todo el pueblo, porque solos jamás podrán.

Conquistar un pueblo es demostrar que ustedes tienen la verdad, contagiarlo, hacer creíble su ideología, hacer ver que son la respuesta a sus necesidades. Hay una innegable e incuestionable, la injusticia social del Paraguay, de la que Fidel no tiene la culpa. Eso está a su favor, se necesitan cambios radicales para lograr equidad en los medios de producción, acabando con la plusvalía que se roban los oligarcas.

Eso es así y nadie lo puede poner en duda. Pero también deben demostrar que como agentes de cambio, a través de la guerrilla armada, o revolución, sabrán ser justos con todos. Aquella canción de la guerra civil española, no tiene más cabida. Que la tortilla se vuelva , que los pobres coman pan y los ricos mierda, mierda.

El quizás futuro presidente del Uruguay, dirigente tupamaro, supo pedir perdón al pueblo uruguayo, porque sufrieron en su nombre. El pepe Mujica, el que un día optó por las armas como cambio hoy apuesta a las urnas. Ustedes lo harán como lo crean conveniente. Pero nunca lo lograrán sin el apoyo popular. Y no liberar a Fidel Zavala los está convirtiendo más en simples secuestradores por dinero, lo que los convierte en delincuentes comunes y no en un movimiento revolucionario con una ideología determinada.

Porque el pueblo, y no solo el que necesita el cambio, todo el pueblo, desde las clases más bajas a las más altas ha comprendido que el camino de la violencia sin razón, de la injusticia, del sufrimiento de los que nada tienen que ver, ese pueblo todo no los va a apoyar.

De ustedes depende, la pelota está en su cancha, luchar por los ideales, si, pero con justicia, sino jamás llegarán a nada.

LIBEREN A FIDEL

SIN JUSTICIA NUNCA HABRA PAZ