miércoles, 15 de julio de 2009

Dialogo por la paz, pero sin asentamientos ilegales

TEL AVIV/RAMALLAH.- El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ofreció ayer a las autoridades palestinas iniciar de inmediato conversaciones de paz, iniciativa que fue rechazada por "poco seria", a la par que oficialmente se afirmó que se trata de un nuevo paso en la "campaña mediática" de Israel.
"Propongo al presidente de la Autoridad Palestina, Abu Mazen (Mahmoud Abbas), que se reúna en un futuro próximo conmigo en cualquier lugar de Israel", dijo Netanyahu en su sesión semanal de gabinete de Gobierno, celebrada en la ciudad desértica de Beersheva.
Desde Ramallah, el jefe negociador palestino, Saeb Erekat, afirmó inmediatamente que el llamado de Netanyahu es "poco serio". "Hablar de paz es una cosa y hacer la paz es algo completamente diferente", dijo Erekat a la prensa en la ciudad cisjordana. "No estamos en contra de las negociaciones de paz con los israelíes, pero el gobierno de Netanyahu es el primero en imponer condiciones al diálogo", añadió.
Según el jefe negociador palestino, "lo único que quiere (Netanyahu) es dejar entrever a la comunidad mundial que está invitando al diálogo a los palestinos y que ellos lo rechazan".
Además de dirigirse ayer a Abbas, Netanyahu llamó también a los países árabes a colaborar con Israel para iniciar el diálogo con los palestinos. Las autoridades palestinas exigieron de nuevo la completa suspensión de los asentamientos en los territorios ocupados, algo que Netanyahu se comprometió realizar y que sigue incumpliendo apoyándose en el "crecimiento natural" para permitir la continuidad de las construcciones.
El jefe negociador palestino llamó al cuarteto para Cercano Oriente -Unión Europea, EEUU, Rusia y la ONU- a que presionen a Tel Aviv para que respete sus compromisos. Además, Erekat acusó al gobierno de Netanyahu de no estar dispuesto a negociar cuestiones como el estatus final de Jerusalén o sobre las fronteras. Uno de los miembros del partido pro Abbas Feda, Raef Deyab, afirmó que el anuncio de Netanyahu es parte de la campaña israelí para "engañar a la comunidad internacional" y añadió que los líderes palestinos "deberían rechazar cualquier invitación de Netanyahu hasta que no se paralicen los asentamientos; se frene la conversión de Jerusalén en una ciudad judía; se retiren los controles de las carreteras y se acepte negociar sobre cuestiones como la definición de las fronteras".
En una entrevista publicada ayer en el semanario egipcio "October", el presidente Abbas afirmó que "las fronteras del Estado palestino son las de 1967". "Son las reconocidas por el resto del mundo e incluyen a Cisjordania, al Mar Muerto, al río Jordán y a Jerusalén", dijo Abbas, invocando el cumplimiento de la Hoja de Ruta por parte de ambas partes. (DPA)

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