
Que Palestina es libre, libre como su bandera ondeando al viento, y que algún día no muy lejano los niños podrán disfrutar seguros, del mar, de ese mar que les han robado. Se acabó el sueño.
No no podemos soñar, la realidad está ahi y golpea, lastima, hiere y nos mantiene despiertos, atentos vigilante, para que en el futuro nuestros sueños, hoy prohibidos se conviertan en realidad.
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