Israel sigue sumando señales y advertencias sobre la posible activación de un desenlace militar en el escenario conflictivo de Medio Oriente que podría abarcar tres frentes simultáneos: Irán, Gaza y Líbano, a los que podría incorporarse Siria. El alto mando israelí, sus servicios de inteligencia, actualizan constantemente los "fundamentos" de operaciones planificadas contra Gaza, los búnkeres de Hezbolá y las usinas nucleares de Teherán. Estos objetivos (casi explícitos) parecen marcar la agenda del alto mando militar judío que en mayo realizó ejercicios militares en gran escala con simulación de una guerra regional y de una Intifada. Mientras tanto, y en varios frentes simultáneos abiertos, se producen crecientes operaciones cruzadas de acción psicológica intimidatoria entre Tel Aviv, Teherán y Damasco, y reuniones constantes de alto nivel en Washington y Tel Aviv, hacen presagiar según analistas árabes, judíos y estadounidenses un desenlace militar activado por la plana mayor israelí que busca -según su propia definición- desactivar la capacidad nuclear de Irán antes de que consiga la bomba, impedir que Hezbolá siga incrementando sus arsenales militares en Líbano y que Hamás vuelva a solidificarse en Gaza. Por medio de advertencias constantes, el estado mayor israelí -como señala The Washington Post- lanza señales claras de que está dispuesto a lanzar un "hecho consumado" (operaciones simultáneas y sincronizadas) contra el eje Irán, Siria-Libano-Gaza, para implicar a Washington en el conflicto.
Esta semana, dos altos jefes israelíes volvieron a advertir sobre el rearme de Hezbolá y sobre la posibilidad de una nueva Intifada en Gaza.
El general de brigada Alon Friedman, jefe adjunto del Mando Norte de Israel, aseguró al diario The Times que la paz de los últimos tres años en Medio Oriente podría "explotar en cualquier momento".
Sus preocupaciones, aclaró, se deben en parte a las amenazas de Hezbolá. El mes pasado, el jeque Hassan Nasralá, líder de la milicia, advirtió que si los suburbios meridionales de Beirut fueran bombardeados como lo fueron en la última guerra, se contraatacaría contra Tel Aviv, la mayor ciudad israelí.
La verdadera razón de su preocupación, según el general, se centra en que si Israel iniciara operaciones militares contra las instalaciones nucleares de Irán, es probable que el primero en reaccionar sería Hezbolá, en Líbano.
"Hezbolá, no sólo ha reemplazado su armamento, también ha mejorado sus misiles", dijo por su parte Danny Ayalon, el viceprimerministro de Relaciones Exteriores israelí. "Ellos se están jactando de que pueden golpear Tel Aviv", añadió.
Según informes oficiales de Israel, la ONU, y el propio líder de Hezbolá, la organización chií tendría acumulados alrededor de 40.000 cohetes y misiles (de distintos alcances) y preparadas sus fuerzas terrestres para golpear a Tel Aviv, así como misiles antiaéreos que podrían contraatacar a la aviación israelí.
Si bien hay mucha acción psicológica intimidatoria desde ambos bandos, los expertos, en general, dan credibilidad a las advertencias de Hassan Nasralá y al rearme de Hezbolá tras el bombardeo israelí a Libano, que costó la vida a 1400 libaneses (la mayoría civiles) y causó más de 5000 heridos, además de la destrucción de infraestructura en Beirut y en otras ciudades libanesas.
Informes occidentales coinciden en que Hezbolá inició un proceso de rearme acelerado y de capacitación militar desde el final de la masacre israelí de 2006. Aunque la formación básica se enseña en los campamentos situados en las montañas que flanquean el valle de Bekaa, los cursos de especialización se realizan en Irán.
De acuerdo con The Washington Post, cientos de combatientes de Hezbolá han viajado a Irán desde 2006 para obtener entrenamiento y más información sobre fabricación de bombas, misiles antitanque y cohetes.
Fuentes militares cercanas a Hezbolá, afirman que el grupo quiere aumentar el número y la eficacia de sus sistemas de defensa aérea. Se cree que han adquirido un gran número de misiles SA18 que podrían poner en jaque a los helicópteros israelíes y aviones de vuelo bajo.
Fuentes de los servicios de inteligencia occidentales aseguran que combatientes de Hezbolá, también están recibiendo entrenamiento en Siria en el sistema SA8.
El martes, el ex jefe del Servicio de Seguridad Interior (Shin Bet), el diputado Avi Dichter (Kadima) advirtió sobre las decisiones que podían ser alcanzadas durante el congreso de Fatah, el partido del presidente palestino Mahmud Abas, realizado en la ciudad Cisjordania de Belén el 4 de agosto.
"Las declaraciones de sus miembros despejan la vía a lo que puede llegar a ser la Tercera Intifada", expresó, añadiendo que "una vez que usted dice que la lucha será por todos los medios necesarios, se entiende que se empuja a un conflicto armado. Esta decisión del Congreso nos llevará al pasado".
Dichter, quien se desempeñó como ministro de Seguridad Interna en el Gobierno anterior, se dirigió también a las informaciones en el sentido de que Fatah reafirmaría y actualizaría los artículos de sus estatutos, en particular los que se oponen a cualquier reconocimiento de Israel como Estado judío.
"Lo que me parece especialmente preocupante es que los moderados planean votar en la convención un artículo titulado 'La continuación de la lucha contra Israel por todos los medios necesarios'. Dieciséis años después de los Acuerdos de Oslo, Fatah ve un conflicto armado como una manera legítima de llevar a cabo el diálogo con Israel", destacó el jefe del Shin Bet.
En la misma línea de advertencia se situó el presidente de Israel, Shimon Peres, quien dijo a una delegación de congresistas republicanos de EEUU que visitan el país: "Si perdemos esta oportunidad para la paz, el Oriente Medio se convertirá en una zona nuclear incontrolable y no habrá retorno".
Peres dijo al grupo encabezado por el congresista Eric Cantor, que "el mundo debe impedir que Irán obtenga armas nucleares".
Según el presidente, Israel se encuentra frente a dos preguntas básicas: ¿Qué tipo de paz se puede lograr?, y ¿Qué sucederá si no se logra la paz?.
El congresista Cantor aseguró al jefe del Estado que "el Congreso (de EEUU) está firme al lado de Israel y nuestro principal objetivo es fortalecer las relaciones entre nuestros dos países".
La semana pasada, diarios británicos informaron que Irán ya domina la tecnología necesaria para ensamblar un arma nuclear y podría hacerlo factible dentro de 12 meses.
Según los informes, revelados por la prensa británica y estadounidense, Irán está esperando el visto bueno de su líder supremo, ayatolá Ali Khamenei, para comenzar la fabricación de ojivas nucleares.
En mayo pasado, y en un hecho inusual, la Casa Blanca de Obama advirtió a Tel Aviv que no lo "sorprenda" con un ataque militar unilateral e inconsulto, a las usinas nucleares iraníes.
Desde el gobierno ultrasionista israelí -según la prensa judía- se asegura que no se pedirá permiso para lanzar un bombardeo si se detecta que el régimen de Teherán planea lanzar misiles contra el territorio israelí.
El director de la CIA, Leon Panetta -según informó el diario Haaretz- estuvo en una misión secreta en Israel para asegurarse de que el nuevo gobierno de Benjamin Netanyahu no intentará lanzar un ataque sorpresivo contra Irán.
Panetta se fue con la promesa de que la Casa Blanca será "advertida" pero que no se pedirá permiso para bombardear Irán, si se confirma la posibilidad cierta de un ataque con misiles desde Teherán.
El vicepresidente de los Estados Unidos, Joe Biden, viajó a Líbano a fines de mayo para reforzar el apoyo de Washington al actual gobierno del estado judío.
Biden es el más alto funcionario de EEUU que visita Líbano en más de 25 años, y el segundo de la administración de Obama en alrededor de un mes, siguiendo los pasos de la secretaria de Estado, Hillary Clinton, y pone de relieve las preocupaciones de Washington sobre las advertencias de Israel sobre la región.
Desde principios de año, altos funcionarios y jefes militares norteamericanos e israelíes vienen alimentando una nueva escalada belicista con sus declaraciones sobre un posible ataque de Israel como respuesta a los avances claves anunciados por el gobierno de Irán en su programa nuclear.
En abril pasado, el presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, anunció que la República Islámica domina ya el ciclo completo de fabricación de combustible nuclear, justo al día siguiente en que las potencias del Consejo de Seguridad de la ONU, con EEUU a la cabeza, invitaran a Teherán a una nueva ronda negociadora sobre su plan nuclear.
El nuevo anuncio iraní de abril reavivó la "preocupación" en Washington y Tel Aviv, donde se incrementaron los rumores de preparativos de una escalada militar para obligar a Irán a dar marcha atrás en el "objetivo militar" de su programa nuclear.
La reelección Ahmadineyad, el 12 de junio, pone de nuevo sobre el tapete el informe de la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA), a fines de noviembre del año pasado, que alertaba que Irán ya estaba "en capacidad de fabricar una bomba nuclear".
Las nuevas advertencias de Israel, que se suman a una lista de acusaciones y amenazas interminables, recrean exacerban un "clima de guerra" latente en toda la región, cuyo desenlace parece estar marcado por el desarrollo del programa nuclear iraní.
IAR Noticias
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