Uno de los afectados, Muhamad Faisal Jabir, vivía con cinco familiares en una vivienda de apenas 28 metros cuadrados en el barrio de Aqbat al Jalidiya. Jabir explicó que en un principio el apartamento tenía sólo 12 metros cuadrados, pero que hizo reformas para ampliarla, al parecer sin el permiso del Ayuntamiento de Jerusalén. El Ayuntamiento, controlado por Israel, suele denegar a los palestinos los permisos de construcción.
Mientras tanto, el Centro de Jerusalén para los Derechos Sociales y Económicos denunció que un ciudadano de As Silsila (también en la Ciudad Vieja) llamado Muhamad al Mughrabi tuvo igualmente de demoler su vivienda cuando el Ayuntamiento le advirtió de que si no lo hacía tendría que pagar una multa de 80.000 shekels (14.792 euros). Según el Centro, las autoridades israelíes ya han obligado a 18 familias de la ciudad (un total de 135 personas) a derribar sus propios hogares.
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